- the creepy journal - cap. 1: Tears!!!

-" nunca podras ser mi amiga, no naciste para estar con nosotras-", me dijo Tracy riendose con el resto de sus amigas autodenominadas como "las princesas", mientras yo trataba de guardar toda mi ira en un pequeño espacio dentro de lo que me quedaba de higado, intestino, medula, venas, algun organo que no haya sido estropeado antes por otra de estas desepciones que la adolesencia produce. Corrí rapidamente hacia una direccion opuesta a la de ellas, tratando de encontrarme en el camino un pasadiso, un refugio, una guarida, un sitio donde pudiera encerrarme hasta la graduacion o por lo menos hasta que toque el timbre del maldtio "free period", preferiria que en ese momento me castigara algun dios mitologico, que me caiga una maldicion, un rayo, un hechizo que me desvaneciera, que por un momento mis plegarias se escuchen y se abra la tierra un poquitito aunque sea, para tragrame y luego se cierre de nuevo, con la energia que me quedaba llegue al baño cerca del auditorio de reuiniones, donde solo suelen ir los profesores y los alumnos de arte los martes, entre como si mis intestinos estuvieran pidiendo una liberacion de exeso de comida, escoji sin pensar uno de los inodoros, cerre la puerta y me sente, queria llorar tan fuerte, pero por temor a que me escucharan, coji mi maleta y grite lo mas que pude dentro de ella, segui asi por algunos minutos, hasta que un olor nauseabundo me lleno los pulmones, y las lagrimas se secaron de inmediato como si algun terrorista hubiera lanzado un bomba de antrax, sali de ahi procurando no desconsentrar a la persona que comio algo en descomposicion, seque mis mejillas con el borde de mi buzo, mire el reloj con dificultad y me di cuenta que mi esena de drama desaforada, habia durado demasiado, que merecia un oscar, pero no una detencion, asi que hice lo que hasta ahora he podio hacer mejor, correr en situaciones de apuro y deseperacion, cuando mis pies estaban por llegar hacia mi clase de anatomia sentí como un mano furte, grande, de huesos anchos, me detuvo por completo, como si fuera un freno de manos, me cojio del hombro con firmeza, una de esas que ya no produce el cuerpo, yo lo unico que alcanze a hacer es girar mi cara hacia la amenaza que me estaba cortando la circulacion, y poner a funcionar mis lagrimales. . .